sábado, 16 de junio de 2007

Las consecuencias cada vez más destructivas del recalentamiento global Parte 3 Final

Los combustibles fósiles

Es probable que el aumento de las sequías y las inundaciones fomente nuevos brotes de enfermedades transmitidas por el agua, entre ellas el cólera, causa de graves diarreas. Paradójicamente, las sequías pueden favorecerlos al agotar la provisión de agua potable segura, concentrar los contaminantes e imposibilitar una buena higiene. La falta de agua potable también coarta la rehidratación segura de quienes padecen diarrea o fiebre.

Al mismo tiempo, las inundaciones arrastran aguas servidas y fertilizantes a las fuentes de agua potable. Esto desencadena la proliferación expansiva de algas dañinas, directamente tóxicas para el hombre o que contaminan los peces y mariscos que éste consume.

¿ Cuál será el precio, en salud humana, del recalentamiento global? En gran medida, dependerá de nosotros. La vigilancia efectiva de las condiciones climáticas y la aparición, o reaparición, de enfermedades infecciosas o sus transmisores debería tener prioridad mundial. Lo mismo cabe decir de las medidas y tratamientos preventivos para poblaciones en peligro.

Pero debemos limitar, además, aquellas actividades humanas que contribuyen al recalentamiento atmosférico o exacerban sus efectos. Quedan pocas dudas de que el uso de combustibles fósiles ayuda a recalentar la Tierra con sus emanaciones de anhídrido carbónico y otros gases que absorben calor (los llamados gases de invernadero ). Estos últimos han aumentado un 30 % respecto de sus niveles preindustriales; el análisis de los anillos de los árboles señala como causantes a los combustibles fósiles.

Es preciso adoptar fuentes energéticas más limpias. Paralelamente, debemos preservar y restaurar los bosques y marjales para que absorban el anhídrido carbónico y el exceso de agua resultante de las inundaciones, y filtren los contaminantes antes de que lleguen a las fuentes de agua potable.

Nada de esto saldrá barato. Pero la inacción nos resultará mucho más costosa.

Por Paul R. Epstein - director asociado del Centro para la Salud y el Medio Ambiente Global, en la Escuela de Medicina de Harvard. - Traducción de Zoraida J. Valcárcel

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